Ciudad de México no fue la única urbe afectada por el fuerte terremoto de 7.1 en la escala de Richter que se presentó en la tarde del martes en el país Azteca.

Puebla fue otra de las ciudades afectadas por el fenómeno natural. Allí en esa zona reside desde hace unos 5 años la barranquillera Karen Cárdenas Almanza, de 30 años, quien partió de Barranquilla a seguir con sus estudios de posgrado en Ciencias del Lenguaje.

Ella relató a Zona Cero desde tierras mexicanas como sintió el temblor.

“Ayer como a la 1:15 de la tarde me encontraba en un apartamento, ubicado en la zona céntrica de Puebla, cuando de repente todas las cosas empiezan a caerse de una manera muy violenta. Lo que hice inmediatamente fue tomar las llaves, pero no pude salir del apartamento porque no podía abrir la puerta. Entonces grité y mi esposo que estaba en la recamara se levantó y pude abrir. Estaba muy asustada. Nunca había sentido un temblor de esta magnitud. Había sentido otros semanas atrás, pero llegaron sin fuerza al estado de Puebla”, recordó.

Por fortuna, en su residencia no hubo daños. Sin embargo, en los alrededores sí. Un museo que queda en la esquina de su casa, según comentó, sufrió colapso interno y la fachada está a punto de venirse al suelo.

“Desafortunadamente dos mujeres de una escuela preparatoria murieron. Una niña y una conserje fallecieron cuando le cayeron escombros encima”, contó Karen.

El comercio, las escuelas y las oficinas tienen cerradas sus instalaciones en Puebla, mientras que los organismos de socorro evalúan los daños que existen en las edificaciones. En la ciudad se ha habilitado un centro de recepción de ayudas para las personas más afectadas.

Puebla, según relata Karen, está desolada y hay aún muchas personas desaparecidas, en especial niños. La tristeza es notable entre los mexicanos y extranjeros por este terremoto, que ya supera las 250 víctimas en todo el territorio Azteca.